Mindfulness: atención plena (II)
Habitualmente, los niños y niñas no saben cómo gestionar la ansiedad y el estrés. Esto hecho provoca que se reduzca su rendimiento escolar, ya que la ansiedad provoca falta de atención, disminuye la concentración y la retención de conceptos y contenidos, entre otros. Todos esos síntomas, puede llegar a generar en los niños un nivel de estrés importante, que tampoco saben gestionar.
Por todas estas razones (y más) se recomienda tanto introducir el mindfulness en el aula, ya que lo único que aporta son beneficios.
Algunas de las razones por las que introducir el
mindfulness en el aula son (Arguís, Bolsas, Hernández y Salvador, 2012):
● Aumenta la concentración.
● Reduce los automatismos.
● Logra un mejor control de
pensamientos, emociones y conductas.
● Permite un mayor disfrute del
momento presente.
● Aporta efectos físicos
favorables: relajación, mejora de la respiración, regulación de la presión
arterial, potenciación del sistema inmunitario, etc.
● Provoca cambios positivos a nivel neurológico.
Y ahora, a la práctica. Cómo introducir el mindfulness en el aula.
Os traigo algunas actividades pensadas para iniciar a nuestro alumnado en la atención plena. La primera, puede servir como introducción, ya que es una actividad muy conocida y, sobre todo, visual.
- La técnica del globo: indicamos a las niñas y niños que se sienten en el suelo, con espacio suficiente para que no haya posibilidad de que se molesten. Cogemos un globo y lo inflamos. A continuación, dejamos que se desinfle, para que sirva de ejemplo. Les pedimos que respiren como los globos: hinchándose completamente, y soltando el aire poco a poco. Podemos repetir todas las veces que haga falta.
- Atención al propio cuerpo: en esta actividad, les contaremos una especie de cuento, en el que tienen que hacer lo que se narre en él. Podemos sugerirles que cierren los ojos, pero en ningún caso será una norma. Poner música relajante de fondo siempre es una buena idea, o, incluso mejor, audios con sonidos del mar. Esta actividad sirve para que, poco a poco, empiecen a ser conscientes de su cuerpo, ¡no solo para mindfulness! La narración sería así:
- Atención sensorial: con esta actividad, haremos a nuestros alumnos y alumnas conscientes de lo que están percibiendo mediante los sentidos, así como que se den cuenta de que siempre están sintiendo algo, aunque no lo suelan pensar. Empezaremos la actividad respirando profundamente varias veces. Les daremos una hoja y material para escribir a cada uno, y les pediremos que piensen y escriban o dibujen (como más cómodes se sientan):
- Un sabor que les guste.
- Dos cosas que estén oliendo en ese momento.
- Tres cosas que estén escuchando.
- Cuatro cosas que estén tocando.
- Cinco cosas que estén viendo.
- Respiración abdominal: la última actividad, como no podía ser de otra forma, es un ejercicio de respiración. Para ser más exactos, respiración abdominal. Les pediremos que se tumben en el suelo, con los ojos cerrados (si se puede ser, si no, no hay problema). Les pondremos una pequeña bolsita con arroz, un peluche pequeño, o cualquier otra cosa en el estómago, y les diremos que tienen que mover el objeto solo mediante la respiración. De esta manera, practicando, se irán acostumbrando a la respiración abdominal, la cual tiene un montón de beneficios tanto para la mente como para el cuerpo.
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